Hoy te traigo la octava entrevista a una exmigrañosa de mi blog.
Recuerda que puedes leer otras entrevistas a personas que ya no tienen síntomas de migraña.
Ella se llama Elena Hernández, tiene 48 años, vive en El Escorial (Madrid) y es correctora profesional de textos, como puedes ver en su web www.correctoradetextos.es. Ha pasado de vivir secuestrada por la migraña durante más de 20 años a vivir libre de ella, sin miedo ni constricciones.
Séfora: ¿Cuándo comenzaron tus migrañas? ¿Qué características tenían?
Elena: Mis migrañas comenzaron cuando tenía 22 o 23 años. Estaba en el último año de carrera y trabajando al mismo tiempo. Ahí empezaron los dolores. Desde el principio fueron dolores muy fuertes e intensos que poco a poco se fueron haciendo más frecuentes. Eran siempre en un lado de la cabeza y de tipo punzante, con un dolor penetrante y profundo.
La duración e intensidad de los mismos se fue intensificando con los años, hasta llegar a tener crisis de varios días o semanas, con ingresos en Urgencias donde me ponían todo tipo de medicamentos, oxígeno...No era la solución, yo lo sabía, pero había momentos en los que el dolor era tan intenso que acababa yendo al hospital. Salía cansada, aturdida y casi siempre con dolor, un dolor amortiguado, pero dolor. Eso ocurrió durante años, años en los que visité muchos neurólogos, donde leí todo lo que había que leer sobre la migraña, el discurso oficial que sigue imperando y que tanto daño me hizo a mí y a todas las personas que han padecido o siguen padeciendo estos dolores. Fueron años de pruebas también, donde una y otra vez me tranquilizaban diciendo que estuviera tranquila, que "no había nada". Esto, quizás, me resultaba de lo más fustrante, no poder hacer nada al respecto, solo asumir que tenía la mala suerte por genética, por carácter, por qué sé yo, de vivir con ese dolor que tampoco curaban los medicamentos de ningún tipo.
Séfora: ¿Qué hacías para sobrellevar el dolor?
Elena: Si estaba trabajando o fuera de casa con amigos o familia, medicarme. Si estaba en casa, medicarme y tumbarme en la cama a oscuras, a veces con frío en la cabeza. Y llorar. Lloré mucho durante muchos años, al final físicamente me sentía peor, pero necesitaba llorar para soltar muchas de las emociones que conllevan esos dolores. Creo que he tomado todo tipo de medicamentos: al principio paracetamol, paracetamol con codeína, luego con tratamientos pautados por diferentes neurólogos y durante los últimos años triptanes.
Séfora: Durante el proceso de curación hiciste un trabajo personal intenso y probaste terapias alternativas, ¿puedes hablarme sobre ello?
Elena: Sí, probé homeopatía, acupuntura, naturopatía, cambio de dieta, reflexología podal, yoga...Ninguna de estas terapias (que en otros aspectos no relacionados con la migraña sí me han ayudado), me sirvieron para eliminar el dolor. Hace aproximadamente cinco años entré en una situación que ahora puedo decir que era depresiva: llevaba varios meses de baja después de haberme reincorporado al trabajo tras ser madre tras otros meses de baja debido a las migrañas. Estaba agotada y no podía con mi vida, con mi pareja, con mi hijo y mi casa. Así que empecé una terapia con una persona con la que aprendí a quitarme muchas capas y pesos que había ido cargando hasta entonces: culpas, miedos, rencores e iras. Fui descubriendo a la persona que siempre había sido, pero que estaba asfixiada y tapada por creencias erróneas, patrones confundidos...Me sentía víctima de lo que me pasaba y creía y quería a toda costa que alguien (un médico, un terapeuta...) me quitara los dolores. Sin saber que era yo la que tenía la llave.
Séfora: Después de todo este trabajo personal, un libro puso la guinda final a tu curación. ¿Puedes hablarme del libro y cómo cambió tu visión acerca de tus migrañas?
Una vez que estaba recuperándome a nivel personal, me llegó un extracto del libro de Arturo Goicoechea "Migraña, una pesadilla cerebral". Solamente leyendo esas pocas páginas me di cuenta en seguida, "vi" que ahí estaba la solución. Fue un "shock" de información y al mismo tiempo, y por primera vez en más de veinte años, una puerta de luz sin trampa. Así que me compré el libro y lo devoré. Parecía que el libro estaba escrito para mí y perfectamente podía haber sido yo la protagonista "modelo" del libro. Se me cayeron las últimas piedras que llevaba encima, muchas, lloré mucho leyendo el libro, de puro alivio, de gratitud infinita. Comprendí por qué nunca había funcionado ninguno de los muchos tratamientos que había probado durante tantos años e integré perfectamente la información, clara y sencilla, del Dr. Goicoechea sobre cómo funciona el dolor cuando no hay daño, como en el caso de la migraña, y cómo funciona el cerebro. Sus metáforas e imágenes me sirvieron de mucha ayuda. Una vez que acabé de leer el libro como una esponja, supe que ahí estaba el camino. Ahora entendía el mecanismo. Así que no volví a tomar ninguna medicación más y seguí las instrucciones del Dr. Goicoechea: empecé a hacer mi vida normal, dejé la medicación, dejé de tumbarme a oscuras en mi cama, dejé de evitar los muchos alimentos y elementos (chocolate, sol, viento, dormir mucho o poco, viajar...) que creía que promovían la migraña y comencé a hablar con mi cerebro. A tranquilizarlo y con mucho cariño a decirle que ya no era necesario el dolor, que era una alarma innecesaria y que todo estaba bien dentro de mi cabeza. Las primeras semanas tuve muchos dolores, pero como ahora entendía el por qué seguí con la misma dinámica y poco a poco fueron desapareciendo. Cuando mi cerebro entendió que no eran necesarios los dolores, cuando comprendió que no me tenía que recompensar cuando me medicaba o cuando me tumbaba o cancelaba un plan, cuando dejó de tener miedo de cosas inofensivas como una copa de vino, un rato de sol un trozo de chocolate, un viaje en coche, etc.
Entonces los dolores fueron a menos hasta desaparecer.
Al cabo de tres meses me atreví a tirar la medicación que todavía llevaba en el bolso. A los seis meses escribí un mensaje al Dr. Goicoechea resumiendo mi experiencia y dándole las gracias infinitas. Y hasta ahora.
Séfora: Tienes un hijo. ¿Cómo ha cambiado tu perspectiva al saber que las migrañas no son hereditarias?
Elena: Me liberó de una gran preocupación, de un gran miedo y de mucha culpa. Empecé a respirar y a vivir de otra forma sabiendo que la migraña no se hereda, solo se heredan las creencias.
Séfora: ¿Podrías dar algún consejo a aquellas personas que aún sufren de estos fuertísimos dolores de cabeza?
Elena: No sé si me atrevo a dar algún consejo. Que visiten o vayan a los cursos del Dr. Goicoechea, que lean su libro. Si llevan muchos años con migrañas y se han hecho todo tipo de pruebas que descarten daño y ninguno de los tratamientos les están ayudando es hora de abrir la mente, entender la manera en la que funciona el cerebro y empezar a hablar con él. Es un reaprendizaje. Me han preguntado muchas veces si me costó mucho. Y siempre digo lo mismo: si entiendes cómo funciona el cerebro, no es tan complicado. Solamente se trata de hacer tu vida sabiendo que ninguno de los elementos que creías que te provocaban dolor realmente te provocaba dolor. En mi caso, ni el chocolate, ni el viajar, si el sonido alto, ni el viento, ni el deporte, ni la genética...nada de eso puede hacer daño a tu cabeza cuando no hay daño. Pero creer eso sí puede provocar dolor.
Cuando la base sobre la que actúa el proceso de dolor se disipa, el dolor simplemente desaparece.
Una vez más, y nunca me cansaré de hacerlo, mando desde aquí mi más sincero y profundo agradecimiento al Dr. Goicoechea. Gracias a ti también, Séfora por participar en esta labor de difusión tan importante.
Elena es otra muestra de que Vivir Sin Migraña es posible, realizando un trabajo personal que, en su caso, culminó con el cambio de creencias al leer el libro "Pesadilla Cerebral".
Te espero en los comentarios. ¿Tienes alguna pregunta para Elena? ¿Has conocido alguna vez a un exmigrañoso?
Descubre los errores que te alejan de la curación.
3 ERRORES QUE COMETES CON TU MIGRAÑA
Soluciónalos hoy.

Creadora de Vivir Sin Migraña y autora de este blog.
Trabajo con personas que sufren migraña puesto que soy ex migrañosa y bióloga.
Hola Elena,
Díganos qué has cambiado tu formar de ser y de ver las cosas? Tu ñ hijo no ha tenido nunca migraña?
Yo estoy con el programa de Séfora muy esperanzada por llegar a la curación definitiva,
Hola, Cristina, seguro que Séfora os puede ayudar mucho. Para mí lo más importante fue aprender pedagogía del dolor, saber cómo funciona cuando no hay daño y sí mucho dolor. Cuando interioricé esa información, el cerebro la fue interiorizando poco a poco (yo hablaba mucho con él) y el dolor fue desapareciendo cuando el cerebro comprendió que no era necesario. Yo me creí durante muchos años el que la migraña era hereditaria (varias mujeres de mi familia las tenían), pero se ha demostrado que no.
En el caso de tu hijo, no sé cómo se les puede enseñar esta pedagogía del dolor, pero seguro que hay una manera y Séfora lo sabrá hacer bien. Mi hijo no tiene, pero ya no tengo miedo de que las tenga porque ahora tengo la herramienta para saber cómo funciona. Y en el caso de que se dé, actuar desde la pedagogía del dolor. El cerebro solo necesita cambiar la información errónea por otra. Te deseo lo mejor a tu hijo y a ti. Un beso
Hola Elena, yo también pasé por un periplo parecido al tuyo, como todos supongo, pruebas médicas, medicaciones preventivas, analgésicos, hipervigilancia , hasta llegar a los triptanes. Me topé con el blog de Arturo en internet y ahí empezó mi solución. Hasta entonces llevaba años con una media de 11-12 cefaleas tensionales al mes. Leí el libro 2 veces para afianzar los conceptos, seguido acudí a uno de sus cursos y la frecuencia se redujo a 3-4 al mes con menor intensidad y con el mismo patrón de fin de semana (ahí sigo en esa lucha). Pero lo llevo muy bien, con toda la información aprendida del libro , del blog. Ya me he hecho un experto jaja y procuro ayudar a personas de mi entorno, del trabajo, que me comentan que tienen dolores de cabeza. Espero y deseo conseguir acabar con este despropósito cerebral. Le pasé el libro a mi médico de cabecera por si pudiera ayudar a algún paciente y parece que sí ha podido pasárselo a alguien y le ha funcionado también. Espero que llegue el día en que toda esta información de neurociencia (pedagogía del dolor) llegue a todos los centros públicos aunque lo veo un poco difícil (intereses creados, farmaindustria, prestigio de los neurólogos,…). Para mí también el poder conocer a Arturo ha sido una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida. Gran profesional y un saludo afectuoso desde aquí para el gran maestro. Yo también aconsejo que la gente lea el libro y acuda a uno de sus cursos. Probablemente será uno de los mejores gastos que haya hecho en cuestiones de salud, sabiendo el peregrinaje con el que acabamos todos en la búsqueda de medicina alternativa. Recibe un cordial saludo y otro para Séfora que creo que está haciendo un gran trabajo.
Leí el libro hace tiempo, lo intenté , sin conseguirlo. Algo debo de hacer mal. Me da esperanza saber que hay gente a la que le funciona.
Hola Esmeralda,
siento que en tu caso no haya funcionado. No por ello debes tirar la toalla, hay muchas cosas que puedes hacer aún para alcanzar tu curación.
Un abrazo.
Hola mi nombre es Paulina tengo 40 años y desde los 15 llevo conmigo el dolor .empezó siendo tensional ahora es crónico …probé toda medicación entro en urgencias una vez x semana tengo depresión ansiedad tomo pastillas para dormir …y me canso mucho
Han probado con opiáceos y hasta parches de bupronerfina y nada ha funcionado ..estoy haciendo terapia y con un tratamiento de toxina botulínica en el cuero cabelludo suelo vomitar. La cara y la frente se me deforman ya que es como que las venas “sale”del cerebro …hace unos días que me vino la regla y yo solía tomar ibuprofeno lo estoy dejando …estoy tranqulizandome de a poco … trabajo actualmente y ya falté varias veces.Lloro mucho sufro …hay veces que pensado en no estar más en este mundo…se que hay que cambiar la cabeza pero quedebería leer ? Consejos por favor gracias
Hola Paulina,
Siento mucho que estés pasando por esta situación.
en el artículo está puesto el libro del Dr. Goichoechea, te recomiendo que comiences por ahí. También tienes la posibilidad de hacer mi curso básico: https://seforabermudez.com/descubre-tu-migrana/
Si tienes pensamientos muy negativos te ruego busques ayuda profesional.
Un abrazo.
Me llamo Rosa , las migrañas comenzaron en la adolescencia , me han acompañado mas o menos 45 años , soy una “buscona ” incansable sobre remedios y terapias sobre la migraña , en una de esas búsquedas tope en internet con el Neurologo Arturo Goichoechea , el me llevo hasta Séfora y con ella me llego la luz, he realizado sus módulos , siguiendo sus sencillas pautas , teniendo como resultado una gloriosa falta de migrañas, desde entonces no he sufrido ninguna , y me he permitido “lujos” que hace años no podía disfrutar .He leído el libro del Dr. Goichoechea ,después de finalizar los módulos de Séfora ,leerlo me ha ayudando mucho .
Estoy en el principio de un buen final.Gracias Séfora .
Hola Rosa,
te agradezco de corazón tu comentario. No sabes que feliz me hace por poder aportar mi granito de arena para que puedas llegar a la curación.
Un abrazo y estoy aquí si me necesitas.
Me alegra tanto leer esta entrevista y verme reflejada en ella.
Y me duele tanto tanto leer los comentarios de los que todavía no habéis descubierto a Sefora, así estaba yo a principios de año, 35 años de crisis migrañosas de tres días a la semana, pero después de entender gracias primero al libro del doctor Goicoechea y con la ayuda infinita de Sefora ahora soy una versión mejorada de mí.
Todo lo que necesitas para conseguirlo tú ya lo tienes, está dentro de tu mente, lánzate o deja que te guíen no te puedes hacer mayor regalo, el año próximo puedes ser tú la que no puedas contener las ganas de explicar a todo el mundo que ya eres Exmigrañosa
Hola Almudena,
mil gracias de corazón por este pedazo de comentario. Pero todo el trabajo y todas las victorias que has obtenido son todas tuyas.
Conseguir vencer la migraña es un cambio interior, como bien dices y me alegro que tú, ya lo hayas conseguido.
Un abrazo.