Este artículo es para ti, que no tienes migraña.

Porque no acabas de entender del todo lo que le pasa a tu novio/a, familiar, amigo/a o compañero/a de trabajo.

Todos los que tienen migraña se quejan de una cosa que a veces duele más que el dolor de cabeza: la incomprensión.

No te culpo.

Nunca has tenido una migraña. No puedes imaginártelo.

Por eso quiero compartir contigo este artículo. Cuando acabes de leerlo las ideas que tienes acerca de la migraña van a cambiar radicalmente.

Jamás le vas a mirar con los mismos ojos a ese migrañoso/a.

Por ello he recopilado las preguntas y sugerencias más habituales de los no migrañosos:

1. “¿Pero una migraña no es un simple dolor de cabeza?”

No.

No es un simple dolor de cabeza, es:

  • Un dolor de cabeza tan intenso que hay personas que se suicidan en mitad de una crisis
  • Puede acompañarse con auras, un conjunto de síntomas que pueden ser:
    • Visuales: figuras luminosas con forma de zig zag o puntos parpadeantes como un fluorescente a punto de fundirse. También pueden aparecer puntos ciegos o imágenes de colores complejas.
    • Lenguaje: dificultad para articular palabras o comprender.
    • Sensitivas: acorchamiento de la cara, hormigueo en boca y lengua, e incluso la mitad izquierda del cuerpo.
  • Pueden aparecer náuseas o vómitos
  • Fotofobia, sonofobia y osmofobia: es decir, que no soportan la luz, los sonidos y los olores fuertes.

Y todo esto puede aparecer hasta 4 veces a la semana y tener una duración de 72 horas.

Y para que te hagas una idea del nivel de dolor puedes ver este vídeo:

 

2. “¿Otra vez te duele? Haz algo para curarte”

Si has leído atentamente el texto anterior entenderás que las personas con migraña han intentado curarse y dejar de tener esos síntomas.

Para ello:

  • Han dejado de tomar la mayoría de alimentos
  • Han visitado neurólogos, ostéopatas, acupuntores, dentistas, masajistas, quiroprácticos y puede que algún curandero
  • Han probado cientos de medicamentos: analgésicos, antiinflamatorios, antieméticos, ergotamina, triptanes y preventivos (betabloqueantes, neuromoduladores, calcioantagonistas, antidepresivos, antihipertensivos y bótox).

Sabemos bastante en farmacología y compuestos de los que no has ni oído hablar, ya que vamos a la farmacia con más frecuencia que con la que quedamos con algunos amigos.

Nuestro presupuesto mensual en medicación suele ser bastante elevado.

Así que comprende que hemos intentado de todo para curarnos.

Y no solo a nivel de medicación, también hemos hecho terapias alimentarias, hemos ido al psicólogo o aprendido yoga en busca de una mejoría de nuestra salud.

3. “Eso te pasa porque aguantas poco el dolor”

Si vuelves a ver el vídeo comprenderás que las personas que sufren migraña aguantan dolor, y mucho.

Debido a que la frecuencia de las migrañas es tan elevada, muchas veces los migrañosos asisten a eventos como fiestas, cenas familiares o quedadas con amigos con un dolor que tumbaría a cualquier otra persona en 5 minutos.

Y muchas veces los migrañosos fingen que no les pasa nada para no estropear tus planes, cuando por dentro lo único que desean es hacer cualquier cosa para que el dolor desaparezca.

Así que la próxima vez que veas a alguien en una fiesta con migraña, con la cara pálida y que habla poco por favor no le digas: "Estás un poco soso hoy, ¿no?". Probablemente esté intentando sobrevivir sin desmayarse.

4.”¿Esto por qué te pasa?”

El cerebro de los migrañosos está equivocado y funciona de forma incorrecta.

Se ha hipersensibilizado y le protege con dolor para alejarlo de situaciones que considera peligrosas pero que no lo son como una copa de vino o un día estresante en la oficina.

Pese a que el dolor es real no hay un daño físico en el cerebro.

El dolor no se provoca conscientemente.

3. “¿Qué puedo hacer para ayudarte?”

Absolutamente nada.

Nada de lo que hagas aliviará su dolor.

Con solo saber que estás ahí y que le comprendes es suficiente.

Respeta si te dice que no quiere ir al cine o que no le hables. Discutir, que le presiones y te enfades con esa persona empeora mucho la situación. Sobre todo no grites y no le juzgues. Nadie quiere estar enfermo.

Tener migraña es algo bastante duro y tu comprensión es lo único que le alivia.

Algo muy importante es que no me estés constantemente preguntando cómo estoy o hablándome sobre migraña. Aunque no lo creas, suelo pensar muchísimo en el dolor de cabeza y no es agradable que me lo recuerden también.

Sé que es duro verme con dolor y que harías lo que fuera para quitármelo, así que darme espacio, no hablar de síntomas ni de soluciones caseras es lo mejor que puedes hacer por mí. 

Si has leído todo esto te felicito.

Lo has hecho porque esa persona con migraña te importa.

Y para que puedas empatizar aún más te propongo un ejercicio que solo te tomará un minuto.

Cierra los ojos.

Imagina que te clavo un destornillador sobre tu ojo izquierdo.

Duele, ¿verdad?

No ves bien, estás mareado y tienes náuseas.

Ahora te digo que en este estado te vayas a trabajar y que, al salir por la noche, vas a ir a cenar con unos amigos.

¡Ah! Y por cierto, esta semana te clavaré un par más de destornilladores en la sien, dos días de esta semana de forma aleatoria.

Ahora dime. ¿Cómo te sientes?

Bienvenido a la vida de un migrañoso.

Estaré encantado de ver tus opiniones más abajo. Seguro que la persona que te envió esto te lo agradecerá.

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