Hay una acción sencilla que alivia enormemente el peso de sufrir migrañas: dejar de hablar de ella con todo el mundo. Incluso en algunas personas, tan solo con implementar esta acción, consiguen que la frecuencia de su migrañas disminuya.

Así que una de las primeras actividades que recomiendo a las personas que quieren desactivar sus síntomas, es que no hablen de ello cuando van a comprar el pan. ¿Sabes por qué? Te lo cuento en este artículo.

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La función del dolor

El objetivo de activar el dolor es la atención. El cuerpo busca que realices algún cambio para alejarte del peligro, para que el daño no vaya a más o no aparezca. Ese peligro puede ser real (como un fuego), o potencial como sucede en el caso de la migraña (como una reunión estresante en la oficina).

Pongamos el ejemplo de un corte en la mano. Tienes una fuerte herida y tu cerebro activa el dolor para llamar tu atención y que pases a la acción:

  • alejándote del elemento cortante
  • lavándote la herida
  • presionando la herida para evitar una hemorragia

En el caso de la migraña, y debido a nuestra personalidad migrañosa, nuestro cerebro busca protegernos de aquellas cosas, personas o situaciones que nos generan malestar.

Con el paso de los años y la cronificación del proceso, ya no es necesario ese activador, ya que el dolor se activa aparentemente sin motivo.

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Hablas de migraña al comprar el pan

Sé sincero. Dime:

  • la última vez que tuviste migraña, ¿se lo explicaste a todo el mundo con el que te cruzabas?
  • ¿dices la palabra "migraña" más de una vez al día?
  • ¿piensas en la migraña de forma recurrente al despertar y antes de ir a dormir?
  • ¿bajas a comprar el pan y explicas desde por la mañana que tienes migraña?

A veces yo me levantaba y tenía una migraña de campeonato.

El dolor me había empezado por la noche y no había podido tomarme una pastilla para amortiguarlo un poco.

Hablar pan migraña

Me vestía como podía y me arrastraba para comprar el pan del desayuno.

En la panadería saludaba a mi panadero:

"Hola Juan, dame una barra de pan por favor"

"Buenos días Séfora. Aquí la tienes. ¿Cómo estás hoy?"

"Pues estoy fatal. Hoy tengo una migraña muy fuerte. Que desgraciada soy. Precisamente hoy que tengo una reunión importante. No habré podido heredar de mi padre sus habilidades con las matemáticas, no, heredé este maldito dolor de cabeza. Bla, bla, bla"

Desayunaba desganada y acompañada por las náuseas.

De camino al trabajo hablaba con mi madre:

"Hola mamá, sí. Ajá. Hoy tengo migraña. Que siiii, otra vez, ¿y qué quieres que yo haga? Es algo que no puedo evitar. Bla, bla, bla."

Al llegar a la oficina nada más entrar por la puerta me cruzaba con una compañera de confianza. "Buenos días, ¡que mala pata! Tienes migraña hoy, ¿verdad? Porque traes una mala cara hija...Muchos ánimos."

"Gracias. Ya se lo iba diciendo a mi madre ahora. Si es que tengo una mala suerte, siempre que tengo algo importante me aparece este insoportable dolor. Lo único que quiero hoy es meterme bajo las sábanas en mi habitación, bajar las persianas y desaparecer del mundo hasta mañana. Bla, bla, bla".

¿Te reconoces en estos diálogos?

¿Cuándo tienes migrañas se lo cuentas a todo el mundo? A la cajera del súper, a tu familia, a todos tus compañeros de trabajo, escribes mensajes en el Facebook maldiciendo tu dolor...

Es normal y muy humano buscar la comprensión y la empatía de los demás de vez en cuando, pero explicar a todo el mundo constantemente que tienes migraña no te aporta nada positivo.

Además, al hacer a la migraña la protagonista de tu vida, precisamente refuerzas eso para lo que está creada: para prestarle atención.

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Stop hablar

Seguro que alguna vez has experimentado esa horrible sensación de sufrir un dolor más o menos tolerable y, al llegar a casa y ponerte a oscuras y en silencio, el martilleo en la sien se ha multiplicado por cien.

En cambio, en alguna ocasión la distracción puntual ha hecho desaparecer el dolor.

Intenta no hablar de la migraña.

Prueba a no pensar en la migraña.

Comienza a no sentir la migraña.

pan migraña

Es uno de los primeros pasos en la desactivación.

Si el dolor no obtiene de forma recurrente para lo que fue creado, progresivamente dejará de aparecer.

Una seguidora de Instagram, me confirmó que había pensado unas 15 veces en la migraña, ¡en solo tres horas!

No pasa nada si debes informar a tu jefe porque no vas a poder asistir a una reunión, simplemente di: "Hoy tengo migraña". Pero no la conviertas en la protagonista de tu vida..

¿Te animas a probarlo? ¿Puedes dejar de pensar y hablar de migraña desde por la mañana cuando bajas a comprar pan? Te leo en los comentarios.

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