El bolso donde guardaba mi monedero y mis gafas de sol (¡imposible salir sin ellas!) cuando tenía migraña era también mi botiquín.
Nunca jamás salía a la calle sin mis medicamentos.
Turismo con mi botiquín
Como ya te comenté en Vacaciones con migraña, lo primero que hacía al organizar mis días de asueto no era buscar en el mapa sitios bonitos para ir de excursión, sino las farmacias abiertas 24 horas más cercanas a mi hotel.
Mientras organizaba mis maletas para irme de vacaciones lo primero que metía en ellas no era un bikini o un libro, sino un montón de pastillas de colores de las que dependía cada día más.
Estas salidas me provocaban estrés por salir de mi zona de confort de mis rutinas y de todo lo conocido que me acababa provocando la madre de todas las migrañas y/o un buen resfriado los primeros días de Agosto.
Así que ya te puedes imaginar que me había hecho dependiente de mis pastillas para la migraña.
Adicta a la química
Cuando tenía migrañas dependía de un medicamento que contenía paracetamol con cafeína y codeína.
Las vendían en la farmacia sin receta médica.
Me compraba las cajas de dos en dos, puesto que me automedicaba y cada vez aumentaba más la dosis para que fuera efectiva.
Una me duraba muy pocos días.
Me tomaba dos comprimidos justo cuando empezaba el aura.
(Por si no lo sabes o por si no tienes, el aura es una alteración visual que puede ser la visión de luces blancas o de colores que solían ser oscilantes, como la luz de un fluorescente a punto de fundirse).
Esas pastillas me permitían ir tirando, aliviar un poco mi dolor y seguir mi vida como un zombi.
Cuerpo presente, mente vacía.
Pero muchas veces ya no me hacían efecto. Y cada vez tenía más migrañas. Y más dolor de estómago por la medicación.
No solo me automedicaba para la migraña, también tomaba relajantes musculares, protectores gástricos, analgésicos, antibióticos, antiinflamatorios y antipiréticos con una frecuencia que ahora me parece increíble.
El hecho de estudiar biología me permitía tener más información (o eso creía yo) para gestionar toda la medicación.
Que error más grande.
La teoría es una cosa y jugar con la salud y las contraindicaciones son otras.
Pero estaba desesperada, dolorida y cada vez más enferma.
Adicción psicológica
Muchas veces no tomaba todos esos medicamentos, pero tenía que llevarlos conmigo.
Tenía una dependencia psicológica que me generaba mucho miedo el no llevarlos conmigo.
Muchas veces tenía que volver a casa si me había dejado mis pastillas para el dolor.
Así que en mi bolso llevaba siempre un minibotiquín con todo lo necesario para poder sobrevivir a un fuerte ataque de migraña repentino.
Buscando alternativas
Por aquel entonces justo empezaba a salir con el que es ahora mi actual marido.
Él me explicó que hacía años que no se tomaba una pastilla.
Repito. ¡Años!
Cuando yo muchas veces no pasaba ni unas pocas horas...
Un día tenía un fuerte dolor de espalda y mi nuevo novio me sugirió probar algo diferente.
Me enseñó a hacer unos estiramientos. A continuación me acosté un rato escuchando música relajante mientras me aplicaba calor con una bolsa de agua caliente.
Al cabo de un par de horas mi dolor de espalda había desaparecido.
Aquello me abrió los ojos.
Quizás a ti este descubrimiento te parece una tontería, pero yo vislumbré un mundo nuevo que jamás me había planteado.
Por aquel entonces cuando yo tenía dolor, al segundo uno, ya me estaba medicando para quitarme el dolor.
Y aquella visión de mi realidad cambió en una tarde.
Podía aliviar mi dolor sin medicación.
Buscando alternativas
Empecé entonces a buscar alternativas naturales a todos mis males.
¿Tenía mucosidad? Pues infusiones de tomillo.
¿Ardores? Infusión de hierbaluisa.
¿Problemas de estómago? Probióticos naturales.
¿Contracturas? Masajes y calor.
Y sin darme cuenta vencí mi miedo al dolor.
La sociedad nos enseña que siempre hay que estar sano y sin dolor.
El dolor se oculta.
Lo "normal" es estar perfecto todos los días del año y que el cuerpo funcione exactamente igual pase lo que pase.
Pero me di cuenta que precisamente eso no es lo normal.
Que a veces el cuerpo falla.
Y cuando me fallaba, ya no me autocastigaba.
Empecé a no enfadarme por estar enferma.
Sino a aceptarlo y, pese a estar enferma, sentirme feliz.
Si hoy estaba mal, pues mañana estaría mejor.
Entendí que mi cuerpo no es como un robot y a veces necesita su tiempo para recuperar la homeostasia, su equilibrio.
Alimentación
El siguiente paso que adopté de forma natural es empezar a usar la alimentación como generador de salud.
Como bien dice la nutricionista Dorte Froreich, que tu alimento sea tu medicina.
Empecé a descubrir aspectos sencillos, como que la piña es depurativa, que el caldo de pollo es antiinflamatorio o que las cebollas son bactericidas.
Así que poco a poco fui desplazando, casi sin darme cuenta, mis medicamentos por masajes, ejercicios, alimentos e infusiones.
Cuando tenía algún problema ya no pensaba que medicamento tomar, sino que alimento o terapia utilizar.
Mis nuevos medicamentos eran el limón, el ajo y la cebolla.
Umbral del dolor
Al dejar de intentar eliminar el dolor a toda costa y de manera inmediata lo empecé a tolerar mejor, ya que los remedios naturales tardan más en hacer efecto.
Así mi umbral del dolor subió. Ya no era tan sensible a él.
Si el dolor no era muy fuerte me aguantaba un poquito, dejaba de pensar en él y, la mayoría de veces acababa desapareciendo tras un poco de reposo, remedios naturales y un ajuste alimentario.
Hasta que un día llegué, como si de un videojuego se tratara, al nivel final. A dejar definitivamente las pastillas anti dolor de migraña de las que dependía cada día más.
Con el paso de las semanas el contenido de mi bolso fue cambiando poco a poco. Y pasó de ser un botiquín a ser un neceser con caramelos de tomillo, fruta deshidratada y aceites esenciales.
PD. Con esta entrada no pretendo que abandones tus tratamientos médicos. Es una descripción de mi experiencia personal en la que relato como encontré alternativas no farmacológicas a problemas leves de salud y como abandoné progresivamente mi medicación para el dolor de migraña.
¿Utilizas métodos alternativos para paliar el dolor? ¿Conoces las propiedades curativas de los alimentos? ¿Tu bolso es un botiquín?
Nos vemos más abajo, en los comentarios.
Ten un buen día.
Descubre los errores que te alejan de la curación.
3 ERRORES QUE COMETES CON TU MIGRAÑA
Soluciónalos hoy.

Creadora de Vivir Sin Migraña y autora de este blog.
Trabajo con personas que sufren migraña puesto que soy ex migrañosa y bióloga.
De momento me estoy informando de tus consejos y prácticas porqué me ilustro con el triángulo Arturo Goicochea, tu libro y un doctor de osteopátia que soluciona problemas de migraña cambiando la alimentación. Llevo un mes y voy mejorando, cuando realice el 50% de tu libro creo que será excepcional. He tardado 72 año en encontrar las soluciones para este mal. No he parado pero al fin sé que la solución eres tu mismo con la ayuda de vosotros.
Tengo un problema y es que muchas veces me vienen las perturbaciones por la noche con sueños muy fuertes que me despiertan y luego por la mañana me siento la cabeza “embotada” con un riesgo de iniciar un proceso de cefaléa. Ultimamente los logro vencer sin analgésico desde la aplicación de vuestras terapias pero algunos días pueden ser más fuertes y tengo que tomar medicación.
Tengo que informarte que en casa vivo con algunos problemas de mujer separada sentimentalmente pero conviviendo en la misma casa con pactos y también tengo una hija con determinados problemas de trastornos mentales.
Muchas gracias y besos.
josep
Hola Josep,
gracias por comprar mi libro y utilizarlo junto a los otros dos.
Efectivamente hay muchas puertas para abrir en la curación de la migraña pero solo uno sabe que llaves utilizar.
¿Serías tan amable de decirme el título del libro que utiliza la alimentación como vía de curación?
Justo ahora comienzo a escribir un libro de nutrición ortomolecular y migraña y me cuesta encontrar bibliografía…
Respecto a los sueños estos son una manera de “limpiar y archivar” tus experiencias vividas en el cerebro.
Por lo que explicas tu situación personal no es sencilla y esto puede desembocar en las alteraciones del sueño, es un proceso normal.
Por lo que cuentas estas haciendo grandes cambios en tu gestión personal y seguro que irán mejorando con el paso del tiempo.
Nunca es tarde para mejorar y tu eres un ejemplo a seguir.
Mil gracias por tu comentario.
Seguimos en contacto.
Un abrazo y, ¡ten un buen día!
mucho ánimo Josep, tienes una situación complicada, y que te cuides, aún con esta situación q describes, habla muy bien de ti. es una superación. Yo tb tngo una situación complicada de trabajo, viajes de avión y batsnate conducción de coche… q para mí son un detonante para las migrañas y anhelando constantemente el orden de horarios, la tranquilidad y el silencio. De hecho recuerdo haber sido así desde pequeña, buscando lo tranquilo. Todo lo q escribe Sefora me gusta y creo q a ella le ha ido bien y q, sino todo, sí pueden servirme muchas de las cosas de las q habla. Gracias de nuevo, Sefora
Hola Carmen,
que curioso que yo siempre he tenido también problemas con el metro, el avión, los coches.
Tengo la convicción de que las personas con migraña somos personas de una sensibilidad especial y con una inteligencia emocional elevada.
Quizás en otra época las cosas eran más sencillas para los que sufrían migraña. Ahora, en cambio, nos vemos obligados a coger aviones por trabajo, estar varias horas sin comer y siempre al pie del cañón, sin escuchar a nuestro cuerpo.
Yo siempre me sentí diferente a los demás en este aspecto.
Ahora he dejado de ocultarme y soy un poco más egoísta. Y si tengo hambre a las 13 horas como sola y me voy a un banco del parque a coger energía y tomar el sol., y no espero a mis compañeros de trabajo, por ejemplo. Esto antes me suponía mucha vergüenza, pero ahora busco mi bienestar personal y me salud.
La gente de mi entorno ya conoce mis costumbres y las respeto, así que creo que hay que quererse más a uno mismo, y como nos sugería Ana en su comentario, ponernos unas medallas cada día.
¡Que nosotros nos lo merecemos!
Gracias Carmen por tus comentarios. Mil gracias.
Muchas gracias Carmen por tu interés y ayuda, siempre conforta ver personas que comprenden tu situación. Mis migrañas empezaron a los 30 años, casualidad, cuando me casé. Sí me siento fuerte porqué leo muchos libros de superación y soy un estudioso de las personalidades del ser humano; tengo un hobby, que es la grafología. Y ahora Goicochea y Séfora con sus técnicas y descubrimiento, me han elevado al cielo. Estoy a tu servicio si necesitas ayuda. Un abrazo
Yo cuento mi experiencia.
Padezco de migrañas desde hace ya 15 años. Normalmente coincidían con los periodos premenstruales, pero este año se han hecho cada vez más seguidas y con una duración tremenda.
Este año ha sido el peor de mi vida en cuestión de dolor. Pero si os soy sincera está siendo el año en el que más estoy aprendiendo y está siendo un año lleno de superaciones propias de lo que me siento realmente orgullosa.
En el mes de Julio tuve la primera recaida gorda. Estuve un mes y medio sin parar con dolor de cabeza, yendo a trabajar y siguiendo con mi vida normal. Un día paseando con mis padres de repente perdí la visión y paso siguiente el conocimiento del mismo dolor que tenía. Estuve ingresada varios días haciéndome todo tipo de pruebas.
A raiz de ahí he probado un millón de medicamentos preventivos, con todo lo que ello conlleva de efectos secundarios.
Con una de las pastillas cogí una depresión terrible. He caído lo más hondo que se podía caer, hasta el punto de que no podía salir sola a la calle porque me daba pánico, y coger el coche me daba pavor. No quería ni siquiera mirarme al espejo porque me horrorizaba lo que veía. No me gustaba nada de mí.
Yo siempre he sido una persona super activa, alegre… nunca entendí “la depresión”… por supuesto hasta que no la he padecido yo.
Un día decidí que no podía seguir así, había perdido la ilusión por vivir, ya nada me motivaba, mis hobbies dejaron de serlo, me causaba nauseas pensar en ellos. ¡Quién me lo iba a decir a mí!. Así que empecé a ponerme pequeñas metas.
Apunté en un papel todas las limitaciones que me había causado la depresión, como por ejemplo el salir sola, el coger el coche, el abandono del deporte, el abandono de mi gran hobbie que es la fotografía… etc, y me fui marcando pequeños retos.
Por supuesto dejé toda la medicación porque me tenía anulada.
Ya salgo sola, ya conduzco sola, el deporte ha vuelto a mi vida, …
Cada vez que consigo un reto … me cuelgo una medalla (que la dibujo y me la pego en la nevera).
Estoy feliz porque llevo 8 días sin dolor de cabeza.
Estoy feliz porque a pesar de haber pasado y de haber estado en lo más bajo que se puede caer, he conocido a gente en este camino que han aportado a mi vida más que muchas de las que ya conocía.
Estoy feliz porque en este camino he descubierto quienes son las personas que están a mi lado.
Poco a poco estoy convencida que mis dolores de cabeza van a pasar a un segundo plano y no van a volver a dominar mi vida.
Os doy las gracias a ustedes que me estáis leyendo en estos momentos.
Josep tu situación es muy complicada pero estoy segura de que con toda la voluntad que le está poniendo también desapareceran de su vida las migrañas. Ánimo y adelante.
Hola Ana María,
siento que estés pasando el peor año de todos en cuestión de dolor. En contrapunto este está siendo el año en que más estás evolucionando.
Hasta que yo no toqué fondo y me encontraba enferma y desesperada no empecé a buscar la salida al pozo en el que me encontraba sumida y, ¡mírame ahora!, ya no tengo migrañas.
Así funciona la mente humana. Mientras la cosa no es grave de verdad vas aguantando y te dices: “ya empezaré mañana”, pero cuando las cosas se ponen negras de verdad, entonces toca arremangarse y meterse en faena como estás haciendo tú.
Eres todo un ejemplo a seguir.
Las personas que tenemos migrañas, según mi experiencia, también solemos tender tendencia a la depresión, no sé si por nuestro carácter, o por nuestra enfermedad en sí, ya que tanto dolor y sufrimiento hace que nos vayamos hundiendo lentamente y se nos esfumen las ganas de hacer cosas nuevas y de ser feliz.
Me considero la fan de tu superidea de las medallas y que sepas que voy a adoptarla, jaja. Si uno mismo no se dice lo que hace bien difícilmente lo va a hacer otra persona. Autopremiarse por los pequeños logros es una estrategia buenísima.
Un abrazo Ana, y seguimos en contacto. 😉
Hola Séfora, te informó del tema de la alimentación: en primer lugar veo que escribí osteópata y es homeópata. Es el Dr. Santos que tiene una clínica en Granollers (Barcelona) y trabaja mucho con la dieta Cetogénica. A mí me ha prohibido los lácticos y el gluten y seguir con una serie de menús que rigen la mencionada dieta. Mis referencias de él, son, mi propio hijo que le solucionó un problema grave de intolerancia a la lactosa y una vecina que tenía fuertes migrañas. Creo que también trabaja con los temas de cáncer.
Saludos
josep
Hola Josep,
la alimentación obviamente es un pilar básico para la curación, pero no el único.
Es decir, que mejorando solo la alimentación no se cura uno de las migrañas…me alegro que hayas encontrado un conjunto de profesionales que te ayuden a tener mejor salud.
Estoy preparando una serie de entrevistas (en vídeo y escritas) de personas que se han curado de las migrañas, para que nos expliquen sus experiencias y así ayudar a más personas. Así que si tu vecina se anima a participar ruego le animes a contactar conmigo: info@seforabermudez.com
Un abrazo y seguimos hablando.